martes, 5 de octubre de 2010

LOS BOMBONES Y SU HISTORIA

Los bombones y su historia

Aunque hay muchas historias sobre el origen de los primeros bombones, la más extendida señala que datan del siglo XVIII, cuando el pastelero de Luis XIV le presentó unas frutillas bañadas en chocolate, a lo que el Rey Sol respondió "bon bon", en señal de aprobación. De allí surgió el término bombón (doblemente bueno), para referirse a cualquier tipo de chocolate relleno, pero no fue sino hasta principios del siglo XX cuando se popularizaron, con la aparición del producto en el mercado estadounidense, a través de los famosos kisses de Hershey's, golosina en forma de gota -recubierta en papel plateado- que aún se comercializa en todo el globo.

Luego de la creación de esos primeros bombones y de la invención de las trufas de chocolate, de manos del Duque de Plessis-Praslin, artesanos belgas, suizos, italianos y franceses perfeccionaron la elaboración de este dulce a través de técnicas manuales.
Así surgieron negocios familiares, en los cuales se guardaba celosamente el secreto para la fabricación de las coberturas y de los exquisitos rellenos. Pese a que la industrialización inundó este campo, buscando disminuir los costos y llevar estos productos a un público masivo, aún persisten propuestas artesanales en muchos países, en los que la calidad y la creatividad marcan la diferencia, haciendo que realmente valga la pena pagar un poco más para poder disfrutar de estos exquisitos dulces.

Desde que la conocida marca británica de chocolates Cadbury lanzó al mercado la primera caja de bombones, en 1868, este delicioso manjar se convirtió en uno de los consentidos de todos los paladares y en el obsequio por excelencia. Y es que un bombón puede revelar un sentimiento, pero también puede ser utilizado para decir "lo siento", si no que lo diga el ratón Mickey, que nunca olvidaba llevar una caja de bombones -en forma de corazón- cuando pretendía que Minnie lo perdonara por alguna de sus imprudencias.

                                                              
                                                                                                                                   
Técnicamente hablando, los bombones están preparados a base de chocolate (mínimo, el 25%) en  diversas formas y con diferentes rellenos. Son productos muy energéticos, ya que tienen unas 550 calorías por cada cien gramos por lo que se sitúan al nivel de los frutos secos. Su contenido graso es también importante, entre un 28% y un 40%, la mitad de la cual es grasa saturada. La grasa láctea se halla presente en un porcentaje pequeño (entre el 0,7% y el 5% en las muestras), siendo ésta la única fuente de colesterol. Estos valores concuerdan con los contenidos en grasa láctea, único ingrediente que aporta colesterol en los bombones, por ser su única grasa de origen animal. De cualquier modo son cantidades moderadas de colesterol.

La mitad de la grasa de los bombones es saturada, a pesar del bajo contenido de grasa láctea; se debe a que la grasa del cacao, como otros vegetales ( coco, palma) es rica en ácidos grasos saturados, menos convenientes para la salud que los insaturados. No es, por lo tanto, una composición muy saludable (el jamón tiene una mejor relación insaturados/saturados).

El contenido en hidratos de carbono es de entre el 36% y el 47%, siendo la mayor parte de ellos azúcar común o sacarosa. No es despreciable, por otra parte, el contenido en proteína, entre el 5% y el 7,5%. Dada la variedad de ingredientes, al ser bombones rellenos, estas variaciones son lógicas y no se puede deducir del contenido en proteínas una mayor o menor calidad del producto. Los bombones son, además, fuente de algunas vitaminas y minerales. Destacan el calcio (120 mg/100 gr), en cantidad similar a la leche, el potasio y el magnesio. En vitaminas destaca la B2 y, en menor proporción, la B1, niacina y ácido fólico.

El chocolate contiene también teobromina, compuesto natural con propiedades estimulantes similares a la cafeína. Recientes estudios señalan que el chocolate tiene compuestos fenólicos (similares a los del vino tinto) que "in vitro" han demostrado propiedades antioxidantes de las grasas, previniendo la formación de plaquetas. Pero faltan datos epidemiológicos (como los existentes para el vino tinto) que confirmen este efecto observado en laboratorio.

martes, 28 de septiembre de 2010

CARTAPESTA

ARTESANIAS Y MANUALIDADES


CARTAPESTA
La cartapesta  es una técnica que utiliza trozos de papel cortados a mano unidos mediante un adhesivo, se van superponiendo las capas de papel entrelazados entre sí y el adhesivo una y otra vez por lo que éste al endurecerse nos ofrece como resultado final una superficie mucho más resistente y más rígida, cuantas más capas más rígidez, el resultado es muy parecido al cartón piedra.
Se utiliza como manualidad para realizar figuras de todo tipo, como máscaras (para carnaval) o adorno, esculturas, marcos, jarros, bandejas, etc., para envolver como decoración a otro objeto, o para crear dureza a superficies finas de objetos.
El pegamento más ideal es la cola vinílica y el mejor papel es el de los diarios de prensa por ser muy maleable, pero pueden usarse otros tipos.
Se deja secar y al final con una lija fina se alisa la superficie y posteriormente se decora con pintura y si se quiere que tenga durabilidad en el tiempo se le aplica una capa de barniz a todo este proceso.
Artesanías y manualidades
A todos aquellos que quieran compartir conmigo este momento de creación.
De a poco les iré mostrando mis proyectos con mucha ilusión ya que esto me abre una puerta para conocer mis trabajos.

TRABAJOS EN CARTAPESTA


                    
MACRAME

Se denomina macramé al arte de hacer nudos decorativos. Macramé es una palabra de origen francés que significa nudo, y que a su vez deriva de la palabra turca makrama. Esta tiene su origen en la palabra persa mikrama con el mismo significado.
Es un arte muy antiguo, ya que sólo se utilizan las manos para ejecutarlo. Pueblos como los persas y los asirios (2300 aC) utilizaron este arte con gran maestría. Más tarde, los árabes lo llevaron a Europa y más tarde los europeos a América, donde los caribeños utilizaron este arte para confeccionar sus típicas hamacas de nudos.
El macramé básico dispone de numerosos nudos, entre los que destacan el nudo plano y el nudo cote, creando cenefas (listas sobrepuestas o tejidas) o trenzas para adornar bolsas o telas, maceteros, lámparas, tapices de pared y cortinas. En el macramé actual, se pueden encontrar mas de 50 nudos diferentes.
Los materiales necesarios para hacer una obra de macramé son el hilo a tejer (ya sea algodón, yute, lino, seda u otras fibras naturales) y una superficie en la que sujetar la labor que estamos realizando (normalmente, un palo de madera). Cualquier hilo de fuerte consistencia es adecuado para realizar labores de macramé, no obstante la elección del mismo queda determinada por la obra a realizar. Los hilos más utilizados suelen ser de algodón o seda. En cuanto a los materiales necesarios para sujetar los hilos dependerá del tipo de labor a realizar. En líneas generales se utiliza una barra fina
Trabajos realizados con la técnica de macramé